Félix Astudillo.- ¡Una final de infarto en la Copa del Rey de España! Este 26 de abril en el Estadio Olímpico de La Cartuja, Sevilla, se vivió un duelo épico entre el FC Barcelona y el Real Madrid, que quedará grabado en la memoria de los aficionados por su intensidad y dramatismo. El Barcelona se coronó campeón tras vencer 3-2 en un partido lleno de emociones, goles y controversias.
El encuentro arrancó con un golazo de Pedri al minuto 28, quien tras un pase letal del juvenil Lamine Yamal, un disparo potente sin nada que hacer para el arquero y puso en ventaja a los blaugranas. El Real Madrid no se quedó atrás y en la segunda parte, tras realizar cambios estratégicos, ingresó Kylian Mbappé, quien rápidamente dejó su huella con un espectacular tiro libre al minuto 70, igualando el marcador. Solo siete minutos después, Aurélien Tchouaméni cabeceó con precisión tras un córner y puso en ventaja a los blancos, desatando la euforia en el equipo y sus seguidores.
La remontada del Madrid duró poco, ya que en el minuto 84, Ferran Torres igualó nuevamente con un disparo preciso. La tensión aumentó en la prórroga, donde ambos equipos buscaron la gloria con ataques constantes. Sin embargo, en el minuto 116, una mala entrega de Luka Modric fue aprovechada por Jules Koundé, que, con un potente disparo desde fuera del área, sentenció el partido y le dio el título al Barcelona.
El final estuvo marcado por la polémica debido a las expulsiones de Antonio Rüdiger, Lucas Vázquez y Jude Bellingham, quienes fueron enviados al vestuario por conducta antideportiva, protestas e insultos al árbitro Ricardo de Burgos Bengoetxea. La afición y los analistas debatieron sobre las decisiones arbitrales, pero lo cierto es que la victoria blaugrana quedará en la historia por su calidad y dramatismo en una final digna de los grandes del fútbol europeo.
